miércoles, 9 de enero de 2013

Sant Sebastià de la Guarda



En lo alto de un acantilado de 165 metros de altura, junto al mar y al Far de Sant Sebastià (Llafranc, Girona) aparece un nuevo yacimiento arqueológico perteneciente a un poblado íbero, conocido con el nombre de "Sant Sebastià de la Guarda".

El origen de este emplazamiento se ha fechado en el siglo VI aC, y su declive en el siglo I aC, a causa de la expansión del imperio romano en este punto del Mediterráneo.

Abajo, perfil costero visible desde el poblado, que poco habrá cambiado en los 2.500 años transcurridos desde su origen hasta la actualidad.




Hacia el sur, en cambio, la fisonomía de la franja litoral ha sufrido una alteración notable, tal como muestra la imagen inferior.



El descubrimiento del yacimiento se realizó alrededor de los años 1958 a 1960, y las primeras excavaciones arqueológicas entre 1984 y 1987. Desde el año 1998 se efectúan intervenciones arqueológicas periódicas.

 El poblado está constituido por casas muy simples de dos habitaciones, de las que ahora únicamente son visibles los cimientos. Las paredes eran de adobe y los techos de ramas, cañas y barro.

Así mismo, en la roca se excavaron numerosos silos para la conservación de los cereales que cultivaban. Algunos de ellos tienen una profundidad de 4 a 5 metros y, cuando se dejaban de utilizar, se llenaban de deshechos.




Junto al poblado íbero descrito, en el siglo XV se construyó una torre de vigía (derecha) con una capilla.

Más tarde, ya en el siglo XVIII, se añadieron a la torre una ermita y una hospedería. 

Las magníficas vistas del entorno merecen una visita. Destaca una senda que desciende hasta la misma línea de agua, la apacible "Cala Pedrosa".

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