Surcando un océano de nubes

En el período invernal, cuando en el centro de Europa se acomoda algún anticiclón, se gestan nieblas muy tupidas en toda la Depresión Central Catalana.

Dicho fenómeno, desolador e incómodo a nivel del suelo, es a todas luces espléndido y de extrema belleza si se observa por encima de su superficie.

Desde el Prepirineo, uno cree atisbar un silencioso océano de nubes. A lo lejos, cual islotes, entre olas de niebla que avanzan perezosamente, emergen algunas cimas y cumbres, sin duda grandes privilegiadas de piedra que contemplan esta maravilla.

Svmnafellsjvkull

Si eres islandés sabrás pronunciarlo. Yo no. Dejando de lado el intento de balbucear una palabra de 13 consonantes y sólo 3 vocales, creo perder la razón ante tan formidable obra de la naturaleza. Belleza pura. Las fotos son del fotógrafo Orvar Thorgeirsson. Lo pronuncio, pero creo que mal.

El sol del atardecer hace relucir con tonalidades de azul de mar profundo las paredes de esta cueva de hielo, la Crystal Cave Svmnafellsjvkull, en el parque nacional de Skaftafell. El país lo pronuncio bien, Islandia.

Esta impresionante maravilla se encuentra bajo un glaciar situado al pie del volcán Vrffajvkull, obviamente impronunciable. Esta vez 2 vocales para 9 consonantes. Lo intento, pero sólo consigo un sonido gutural.

Viendo las imágenes, a uno puede darle la sensación que penetra en el interior de una inmensa geoda. Por cierto, recomiendan visitar la cueva en invierno, cuando el glaciar se mantiene más estable.

Geología efímera al pie del volcán Mutnovsky

En la península Kamchatka, en el corazón de Rusia, se alza el volcán Mutnovsky. Una erupción en el año 2000 abrió una brecha en su caldera que permite acceder a su interior entre géiseres y fumarolas de 50 metros de alto. Un lago glacial ocupa el cráter y un fuerte olor a azufre inunda todos los rincones. Otros 28 volcanes se mantienen activos en la zona y sólo uniéndose a una expedición se puede alcanzar este inhóspito paraje.

A sus pies, un río ha abierto una obra efímera de la naturaleza: una cueva de hielo bajo el glaciar de casi un kilómetro de longitud. No es un sueño, es real. La magnitud de los bloques que aparecen en el lecho, así como las marcas en los flancos del nivel que alcanza el agua, dan a entender que adentrarse en la cueva en pleno deshielo debe ser una evidente temeridad.

Al pie de cada foto se apunta el autor o autora.

El laberinto pétreo de Madagascar

La reserva Natural Tsingy de Bemaraha, próxima a la costa occidental de Madagascar, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1990 debido a su singularidad geológica, la presencia de bosques de manglares bien conservados y su biodiversidad. Entre la fauna destacan unos primates, los lémurs.

En el siguiente esquema de NATIONAL GEOGRAPHIC se representa la historia geológica de este paraje desde su estadio inicial, hace unos 200 millones de años. Así, tras la formación de un substrato calizo y su posterior elevación a causa de procesos tectónicos, la fluctuación periódica del nivel del mar durante los períodos de glaciación, dio lugar a la disolución de la roca y la creación de cavernas. Finalmente, el colapso del techo de las cavernas y la acción del agua han esculpido los pináculos de roca hasta dar la forma actual, engendrando un auténtico laberinto pétreo.

En la actualidad, parte de la reserva puede recorrerse siguiendo un itinerario, siendo imprescindible un equipo básico de escalada. Los pináculos de roca caliza son extremadamente afilados, debiendo el visitante extremar la precaución a la hora de desplazarse entre ellos. No cabe duda que la aventura está asegurada.